Salimos temprano desde Fuengirola al aeropuerto de Málaga.
El aeropuerto de Ibiza era bastante pequeño y antes de coger nuestro coche de alquiler, paramos en uno de los pocos restaurantes que encontramos allí ya que eran las 15:30 y necesitamos reponer fuerzas.
En otra entrada del blog explicaré la experiencia alquilando con Goldcar. Pero no tuvimos ningún problema y nos enamoramos del Fiat 500.
Tal y como planeamos, pusimos el GPS y nos plantamos en Cala d´Hort, para disfrutar de las vistas a Es Vedrà y el atardecer mágico.
Al llegar a media tarde encontramos aparcamiento fácil a los pies de la playa, aunque subiendo una cuesta bastante empinada podemos encontrar una zona de parking grande.
El sitio es increíble y lo que se ve en la foto nada tiene que ver con lo que es estar allí.
De vuelta al hotel nos duchamos y fuimos al centro. Está a unos 15 minutos del hotel pero hay que subir y bajar unas escaleras que después de todo el día sin descanso nos costó bastante.
Cenamos en el restaurante Bella Napoli y tomamos una copa en en el puerto deportivo que hay un paseo marítimo muy agradable donde puedes encontrar un pub detrás de otro.
Lo que más me llamó la atención fueron los desfiles que hacían las discotecas promocionándose para que asistiéramos. La verdad es que en la isla, ellas son en torno a lo que todo gira y en cualquier lugar puedes comprar entradas.
Nosotros no fuimos a ninguna, el día acabo y nos fuimos a descansar al hotel para aprovechar al máximo el siguiente día.
Os espero en la próxima entrada para seguir descubriendo Eivissa :)
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